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lunes, 14 de febrero de 2011

Síndrome Nefrótico en Pediatría

SÍNDROME NEFRÓTICO
DR. FERNANDO I. FERNÁNDEZ DEL VILLAR
INTRODUCCIÓN
El término síndrome nefrótico (SN) es aplicable a cualquier condición clínica con proteinuria masiva, hipoproteinemia, hiperlipidemia y edema (1). Consiste en un desorden de permeabilidad selectiva que puede ser primario (85-90%) o secundario (10-15%) en el contexto de una enfermedad sistémica. En niños la variedad de SN más frecuente es aquella caracterizada por cambios histológicos mínimos en el glomérulo con el microscopio de luz: síndrome nefrótico a cambios mínimos (SNCM) y con respuesta a la corticoterapia o corticosensible (2,3). Los niños con SN resistente a los esteroides pueden tener diferentes patrones histológicos que incluyen a la glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GEFS) y la mayor diferencia se observa en la progresión de la GEFS a la enfermedad renal terminal, lo cual raramente ocurre en el SNCM. Sin embargo, existe consenso en englobar ambas patologías dentro del síndrome nefrótico idiopático (SNI) y a clasificar a los pacientes según la respuesta a los esteroides y al patrón histológico (4,5).
EPIDEMIOLOGÍA
La incidencia mundial del SN en pediatría es de 2 a 7 x 100 000 en la población general, y la prevalencia en niños menores de 16 años de edad es de 15 x 100 000 habitantes con una prevalencia acumulativa de 15,7 por 100 000 niños. Un niño en seis mil desarrolla SN (5). La Asociación Internacional para el Estudio de las Enfermedades Renales (AIER), reportó 471 niños en los cuales el 78,1% con SN primario respondió a la corticoterapia y de estos el 91,8% tuvieron histología de cambios mínimos. El SN suele aparecer principalmente en niños de 2 a 8 años con una máxima incidencia de los 3 a los 5 años de edad (1). El 80% son menores 6 años al momento de la presentación con una media de 2,5 años para el SNCM y de 6 años para la GEFS (2).
Los varones son afectados más frecuentemente que las niñas, en una proporción de 1.8:1 aunque en adultos la proporción es igual. La incidencia familiar es del orden del 3,35% y existe una predisposición genética y factores ambientales determinantes en la distribución racial de esta enfermedad (6). Hay reportes de proteinuria estacional con sensibilidad al polen en pacientes previamente sanos (7). Además numerosos investigadores han encontrado que la atopía ocurre de 34 a 60% de los niños con SNCM con concentraciones muy altas de IgE (más de 1500 UI/l) asociado a frecuentes recaídas (7,8).
HISTOLOGÍA
Microscopio de luz: Es imperativo realizar varios cortes de cada biopsia y prepararlas adecuadamente ya que de no ser así las lesiones focales podrían perderse. Los podocitos citoplasmáticos aparecen edematosos o vacuolados. No se observa proliferación celular ni cambio de la matriz mesangial ni en asas vasculares. Striker sostiene que en su experiencia no ha observado que sus pacientes hayan progresado de cambios mínimos a cualquier enfermedad esclerosante o proliferativa (4). Hay datos recientes donde el incremento del tamaño glomerular sugiere la presencia de lesiones focales (9).
Inmunofluorescencia: El hallazgo característico de esta enfermedad es la ausencia completa de complejos inmunes, fibrina y otros materiales extraños. Algunos autores han descrito la presencia de IgM y C3 en cantidades mínimas. Lo esencial en las lesiones por cambios mínimos es la falta de depósitos en la membrana basal glomerular (MBG) determinando un patrón de inmunofluorescencia negativo (10).
Microscopio Electrónico: Los cambios a la microscopía electrónica están restringidos a las células epiteliales viscerales del glomérulo y por ello se denominó en algún momento “enfermedad de las células epiteliales” (9,11). La anormalidad característica del podocito es la completa fusión de los pedicelos, con una homogénea capa de citoplasma de células epiteliales sin interdigitaciones, con citoplasma vacuolado y abundantes organelas describiéndose una transformación microvellosa en la superficie urinaria de dichas células (13,15). La lámina rara externa, la lámina densa y la lámina rara interna aparecen normales así como la matriz y las células mesangiales (10,12).
FISIOPATOLOGÍA
El mecanismo fisiopatológico del SN involucra fundamentalmente una base genética predispo-nente además de presencia de células T anómalas con formación muy aumentada de IL-2 y de sus receptores y finalmente una disminución de la carga polianiónica de la membrana glomerular y aparición de proteinuria masiva(13,14).
1.    Antígenos del Complejo de Mayor Histocompatibilidad (CMH) 
Se han descrito marcadores genéticos del CMH en el cromosoma 6, para el SNCM tanto corticosensible como corticoresistente, con un aumento en la frecuencia de ciertos antígenos como HLA-B12, HLA-B8 y HLA-B27 aunque ninguno de estos tiene un valor predictivo sobre la remisión o recaídas. Se señala una asociación significativa entre el SN corticosensible y el HLA-DR7. En los pacientes corticoresistentes, la única asociación significativa fue la combinación DR3/DR7. Otros alelos aparecen como protectores, así la presencia de DR2 y el DR4 reduciría riesgo de desarrollar la enfermedad en los portadores DR7+(15).
2.    Inmunofisiopatología
Se sugiere un mecanismo inmune relacionado a atopía (asma y eczema), variación estacional de las recaídas, susceptibilidad al neumococo, respuesta a los corticoides, a la ciclofosfamida y ciclosporina A, enfermedad de Hodgkin, y sarampión. Sobre estos conceptos, Shaloub(14) sugirió que el SNCM estaba causado por una linfoquina glomerulotóxica circulante producida por reservorios de células T aberrantes que activadas en el intersticio glomerular elaboran citoquinas (IL-1, IL-2), las que causarían aumento de la permeabilidad glomerular dando origen a la proteinuria. En la fase de recaída, hay un descenso de la IgG e IgA con elevación de la IgM y de la IgE(16,17).


3.    Alteración de la barrera glomerular de filtración
El defecto funcional de la barrera glomerular causante de la proteinuria en el síndrome nefrótico corticosensible está mediado por linfoquinas, producidas por los linfocitos T activados a lo largo del desarrollo de la recaída (IL-2 y su receptor) las que elaboradas por células mononucleares activadas digerirían el proteinglucano heparansulfato, ocasionando una eliminación aumentada de glucosa-aminoglucano y de heparansulfato, que se normaliza con la remisión del cuadro. Se describe además una reducción de la carga normal de la barrera aniónica que puede ser neutralizada por sustancias de alta carga catiónica. El radio y la densidad de los poros moleculares están disminuidos(18,19).
4.    Fisiopatología del edema: 
Se involucran simultáneamente los mecanismos de underfill y de overflow. Su aparición en el SNCM se objetiva cuando la albúmina sérica es inferior a 2 g/dl, y tanto la ascitis como el derrame pleural aparecen cuando la albuminemia es inferior a 1,5 g/dl(20,24,26).
  1. Hipótesis underfill o alteración del Equilibrio de Starling: Hay un aumento de las pérdidas urinarias de albúmina y el porcentaje del catabolismo renal de esta misma está muy elevado. Si bien en circunstancias normales el hígado es capaz de aumentar la síntesis de albúmina en un 300%, en el SNCM la recaída no logra contrarrestarlo. La hipoalbuminemia produce una disminución de la presión oncótica plasmática, favoreciendo el paso de líquido al espacio intersticial dando lugar a una situación de hipovolemia, lo que aumentaría la reabsorción renal de sodio y agua (cuando la presión oncótica es inferior a 8 mmHg siendo lo normal 25 mmHg), originando una reducción de la presión hidráulica intraglomerular, con la subsiguiente vasoconstricción de la arteriola eferente(19,21).
  2. Hipótesis overflow, retención renal primaria de sodio: Algunos síndromes nefróticos tienen aumentada la volemia, sugiriendo que la retención de sodio/agua no es secundaria a la depleción intravascular, sino más bien a una alteración renal primaria, que daría lugar a una reabsorción inadecuada por alteraciones intrarrenales, factores hormonales circulantes o por efectos nerviosos; aunque los mecanismos y zonas tubulares afectadas aún están por determinar(22).
Causas de síndrome nefrótico7,8
CAUSAS DE SÍNDROME NEFRÓTICO7,8
I. Primarias o idiopáticas
• Nefrosis lipoidea - Lesiones glomerulares mínimas
Proliferación glomerular mesangial difusa
Esclerosis glomerular segmentaria y focal

• Glomerulonefritis por complejos inmunes
Proliferación mesangial endocapilar Membranoproliferativa Tipos I y II
Extramembranosa (membranosa)

• Síndrome nefrótico congénito

II. Síndrome nefrótico secundario
• Enfermedades sistémicas - Lupus eritematoso sistémico
Púrpura de Henoch Shöenlein - Diabetes mellitus - Amiloidosis renal
Pan-arteritis nodosa - Enfermedad de células falciformes

• Infecciones - Sífilis congénita - Toxoplasmosis congénita
Hepatitis B y C - Paludismo - Nefritis por shunt
Asociado al síndrome de Inmunodeficiencia adquirida
Nefritis aguda post estreptocóccica - Tuberculosis
Endocarditis estreptocóccica
• Alérgicas - Enfermedad del suero - Picadura de abeja
Ortiga venenosa - Pólenes
• Cardíacas y vasculares - Trombosis de vena cava y renal
Pericarditis constrictiva - Falla cardíaca congestiva
Enfermedad tricuspídea
• Neoplasias -- Tumor de Wilms - Neuroblastoma
Enfermedad de Hodking - Leucemia
• Intoxicaciones - Bismuto -Mercuriales - Sales de Oro
Trimetadiona y parametadiona -
• Otros - Disgenesia gonadal XY - Síndrome Uña – Rotula
Proteinuria: Proteinuria en rango nefrótico es la presencia de más de 1000mg/l en una muestra de orina de 24 horas, la cual se correlaciona en una muestra aislada de orina con valores de 100 mg/dl. Una proteinuria mayor de 40 mg/m2/hora o de 50 mg/kg día también se considera en rango nefrótico9.
En lactantes, en quienes es difícil obtener orina de 24 horas, se puede utilizar la relación proteinuria/creatinina en muestra aislada de orina; un valor superior a 2 indica proteinuria en rango nefrótico7-10 (tabla No.3 ).
Tabla No. 3
Relación proteinuria/Creatinuria en nuestra aislada de orina.
Houser M. Assesment of proteinuria using random urine simples.
J. Pediatr, 104.1984:845
SUJETOS
PROTEINURIA mg/dl
CREATININA mg/dl
Normal en < 2 años
Normal en > 2 años
Proteinuria leve
Proteinuria moderada
Proteinuria severa
< 0,5
< 0,2
0,2 a 0,5
0,5 a 2
>2
Algunos pacientes que se encuentran en recuperación de un brote nefrótico pueden no cumplir estos criterios, al igual que los pacientes con DNT crónica severa con disminución de la creatinina filtrada por el riñón; la hipoalbuminemia severa en estos pacientes disminuye la proteinuria y puede dar alterados estos parámetros. A pesar de ser infrecuente, debe ser
A).  Proteinuria: es por aumento de permeabilidad de la membrana basal glomerular al paso de macromoléculas.
Los factores que determinan el paso de moléculas por la barrera de filtración son:
1.    Tamaño de los poros.
2.    Carga eléctrica molecular.
3.    Deformabilidad de las moléculas.
4.    Configuración molecular.
5.    Hemodinamia glomerular.

1. Tamaño de los poros: la barrera de filtración (constituida por la pared del capilar glomerular), tiene 3 componentes: la células endoteliales, la membrana basal glomerular y los procesos podocíticos de las células epiteliales, los cuales determinan el tamaño de los poros y son barrera para moléculas de peso molecular mayor a 150.000 (Ig M, glob. α2, fibrinógeno y Lipoproteína de alta densidad)



2. Carga eléctrica molecular: la albúmina posee carga eléctrica negativa que en contacto con los polianiniones (sialoproteínas y heparansulfatoproteoglicanos) de la barrera de filtración se repiten, impidiendo que la albumina atraviese la barrera de filtración, quedando retenida en el espacio intravascular.
Esta barrera electrostática es barrera para moléculas de peso molecular entre 70.000 y 150.000.siempre tenido en cuenta11.
Hipoalbuminemia: Consecuencia directa de la proteinuria; se considera para el diagnóstico un valor menor de 2,5 g/dl asociado a los otros criterios. El principal problema de la hipoalbuminemia es el síndrome hipooncótico secundario, el cual es responsable en parte de la formación de los edemas en estos pacientes. Cuando la albúmina sérica es menor de 1,5 se pierde la presión oncótica mínima necesaria para un soporte intravascular adecuado y el paciente presenta hipoperfusión, hemoconcentración y aumento de la tendencia a hipercoagulabilidad 8-11 cursando con oliguria asociada, la cual puede progresar a insuficiencia renal aguda prerenal12.
Edemas: Los edemas se presentan cuando el valor de albúmina sérica es menor de 2,7 g/dl y siempre están presentes cuando su valor es de 1,8 g/dl. La Hipovolemia severa con depleción intravascular, manifestada por hipotensión ortostática y oliguria11 se presenta cuando los valores son tan bajos como 1,2 g/dl; estos pacientes se presentaran también con dolor abdominal, vómito y diarrea.
El edema del nefrótico se produce cuando han transcurrido dos a cuatro semanas del inicio de la proteinuria y es inicialmente palpebral y matutino, posteriormente se va produciendo un aspecto abotagado del niño con un aumento de peso notado por la madre y es cuando consulta. Generalmente se observa al examen una facies abotagada con palidez cutánea ficticia, producto del edema y reblandecimiento de la punta de la nariz y de los lóbulos de las orejas, con un ombligo horizontalizado. Idealmente se debe tener un peso previo del paciente para conocer el agua que se encuentra en el espacio intersticial como edemas y con el peso real formular las medicaciones necesarias13,14.
Hipercolesterolemia: Producto del aumento de la síntesis de precursores de los transportadores de lipoproteinas a nivel hepático al producirse un aumento (hasta cuatro veces) de la síntesis de albúmina. Se considera criterio para síndrome nefrótico un colesterol sérico mayor de 300 mg/dl12.
Cuando la albúmina es menor de 1,5 aparece también hipertrigliceridemia 8,11,13.
Estudios realizados en animales de experimentación y revelados de algunos pacientes que han fallecido han mostrado una aceleración en la formación de ateromas en estos pacientes, lo cual puede aumentar el riesgo cardiovascular cuando lleguen a la edad adulta8.
Existen tres mecanismos principales que explican la hiperlipidemia: 1. aumento en la síntesis hepática de lipoproteínas, 2. disminución del catabolismo lipídico y 3. disminución del clearence de lipoproteínas mediado por receptores. (12)
La hipercolesterolemia se debería principalmente a un aumento en la síntesis hepática de lipoproteínas que contienen colesterol y lipoproteína B. Esto ha sido documentado in vivo en ratas nefróticas. El hígado de éstas muestra hipertrofia, aumento en la concentración tisular de colesterol y en la actividad de la enzima 3-hidroxi 3-metilglutaril-CoA reductasa (HMG-CoA reductasa) (12).
El estímulo que gatilla el aumento en la síntesis hepática de lipoproteínas no es totalmente conocido, aunque parece estar relacionado directamente con la hipoalbuminemia ya que infusiones de albúmina normalizan los lípidos y lipoproteínas plasmáticas. Sin embargo, otras macromoléculas oncóticamente activas son igualmente efectivas, lo que sugiere que una disminución en la presión oncótica sería el estímulo más importante (12,13). Más aún, la severidad de la hiperlipidemia se relaciona en forma inversa con la caída en la presión oncótica.
Un aumento en la síntesis hepática de otras proteínas puede jugar un rol importante en el desarrollo de hiperlipidemia. Por ejemplo, el aumento en la síntesis de la enzima colesteril ester transferasa (CETP) que normalmente transfiere colesterol esterificado desde HDL a lipoproteínas ricas en triglicéridos (VLDL, IDL)
Numerosas observaciones demuestran que una disminución del catabolismo lipídico parece jugar un rol aún más importante en la hiperlipidemia de pacientes con SN (2,12)
Es probable que la pérdida urinaria o la disminución de la actividad de alguna sustancia implicada en el catabolismo renal aún no identificada sea el factor preponderante. (2)
Por ejemplo se ha demostrado disminución en la actividad de la Lipoproteinlipasa (LPL) en pacientes con SN. La albúmina aumenta la actividad de esta enzima al unirse a ácidos grasos libres (producto de la hidrólisis lipoproteica) por lo que la hipoalbuminemia podría causar una acumulación de ácidos grasos libres que inhiban la acción de esta enzima. La pérdida urinaria de un cofactor de esta enzima también podría contribuir.
También se aprecia disminución de la actividad de otra enzima clave en el catabolismo lipoproteico, la enzima Lecitin Colesterol Transferasa (LCAT). La albúmina también se une a un producto de la reacción de esta enzima (lisolecitina) por lo que su acumulación podría inhibir su actividad. La pérdida urinaria de LCAT también juega un rol importante.
Lipiduria: Lipiduria usualmente está presente en el Síndrome Nefrótico. La filtración de lipoproteínas es mínima en sujetos normales pero está francamente aumentada cuando aumenta la permeabilidad glomerular a macromoléculas. Así, la lipiduria es prácticamente patognomónica de enfermedad glomerular .
En el examen de orina pueden hallarse cilindros grasos y cuerpos ovales grasos.
Hipercoagulabilidad: Uno de los principales riesgos de estos niños es la inestabilidad plaquetaria asociada a la hiperlipidemia, en pacientes con pérdida de factores anticoagulantes en orina, (antitrombina III, Factor XII) y hemoconcentración. La hiperlipidemia se asocia a aumento del riesgo de trombosis vasculares de mal pronóstico en estos niños, las cuales se pueden producir en cualquier lugar de la economía, desde el seno sagital hasta trombosis de la vena renal14. No se debe olvidar la posibilidad de quilitórax en estos pacientes, secundaria a obstrucción de la vena cava superior15,16,21.
Alteraciones inmunológicas.
Supresión de la respuesta inmune humoral, con baja concentración de Ig G sérica por 3 causas:
  • Perdida de Ig G en orina.
  • Aumento del catabolismo de Ig G.
  • Disminución en la síntesis.
Supresión de la respuesta inmune celular:
  • Disminución del número total de linfocitos T circulantes.
  • Alteración en las subpoblaciones de células T.
  • Disminución de la respuesta blastogénica de los linfocitos.
  • Contribuirían a este mecanismo la disminución de la transferrina y el zinc y el aumento de la síntesis de prostaciclina y la hiperlipidemia.
G). Metabolismo de Calcio y Vitamina D.
Pérdida urinaria de vitamina D unida a proteína transportadora condiciona una disminución en la concentración sérica de 1-25 dihidrocolecalciferol, con hipoclacemia consecuente



EXAMEN FÍSICO
Al ingresar estos pacientes, se deben valorar prudentemente los signos vitales, la taquicardia puede indicar hipovolemia e incluso hipotensión, una frecuencia respiratoria aumentada esta asociada con derrame pleural o ascitis severa, con dificultad respiratoria, la presencia de fiebre debe alertar la sospecha de infección ya que es la responsable de la mortalidad del paciente con síndrome nefrótico y dirigir a un examen físico más cuidadoso en busca de posibles focos; la mayoría se encuentran en el tracto respiratorio superior8,13. La presión arterial es importante, ya que puede alertar sobre la presencia de hipotensión; algunos pacientes pueden presentar, al debut del cuadro, hipertensión arterial, la cual es leve y transitoria (hasta en un 20% de los casos); debe recordarse que el 50% de los pacientes con síndrome nefrótico son normovolémicos, 35% son hipovolémicos y puede haber un 15% de los pacientes hipervolémicos3,6. El peso inicial es importante, ya que nos permite valorar la evolución de la resolución de los edemas, idealmente se debe tomar dos veces al día y en la misma báscula. Es ideal tener un peso previo para conocer la cantidad de agua en el espacio intersticial.
El balance hídrico nos orienta hacia el gasto urinario y la cantidad de líquido retenido; la oliguria en pacientes con síndrome nefrótico puede ser secundaria a edema uretral, pero es más frecuente asociada a hipovolemia, por lo cual debe ser vigilada cautelosamente, ya que estos pacientes tienen alto riesgo de Insuficiencia renal aguda prerenal8,14,16.
No se deben olvidar las formas secundarias de síndrome nefrótico hacia las cuales va dirigido el examen físico, así como a la detección de complicaciones 14.
Cabeza: Áreas de fotosensibilidad, eritema en heliotropo (colagenosis), consistencia nasal y auricular (edema), estado de la dentadura (focos de bacteremia), color y grado de humedad de las mucosas (presencia de anemia y posible deshidratación).
Cuello: adenopatías, ingurgitación yugular (trastornos linfoproliferativos, trombosis de vena cava superior).
Tórax: Semiología de derrame pleural o pericárdico, adenopatías axilares, soplos, especialmente aquellos cambiantes, signos de consolidación pulmonar.
Abdomen: Ascitis, megalias (valorar la posibilidad de nefromegalia—tumores o infiltración tumoral, trombosis de la vena renal-), dolor (peritonitis bacteriana espontánea), hernias inguinales, soplos lumbares.
Genitales: edema escrotal o de labios mayores, hipospadias, criptorquidia.
Piel: Presencia de púrpura o petequias (Henoch Schoenlein, Leucemia), signos de inminencia de ruptura cutánea, erisipela. En zonas templadas de nuestra geografía, mirar bien la planta de los pies, ya que es fuente de entrada de estrongiloides y uncinarias.
Neurológico: Nivel de alerta, presencia o no de signos meníngeos, respuesta pupilar, signos de hipertensión endocraneana (Trombosis del seno sagital)


PARACLINICOS
Parcial de orina: La madre puede referir orinas espumosas que alertan sobre la posibilidad de proteinuria, se puede observar hematuria hasta en el 40% de los pacientes3, la cual es transitoria, cilindruria, células del epitelio renal, eritrocitos y leucocitos sugieren lesión glomerular; alteraciones del pH y de la concentración de la orina sugieren lesión tubular asociada. A veces es frecuente observar cuerpos redondos u ovales, que son partículas grasas y se presentan por lipiduria14.
Radiografía de Tórax: Útil para descartar la presencia de derrame pleural o pericárdico y posibles consolidaciones neumónicas; se debe valorar el hilio para descartar adenopatías mediastinales y signos de TBC primaria, ya que se puede reactivar al iniciar la terapia con esteroides.
Hemograma: útil para valorar el nivel de hemoglobina del paciente al ingreso; en el diferencial del leucograma observar signos sugestivos de infección. La velocidad de sedimentación puede estar alterada por la hipoalbuminemia y la hiperlipidemia. Se debe valorar también el recuento plaquetario.
Azoados: A menos que se encuentre un síndrome nefrítico asociado estos pacientes no elevan el nitrógeno ureico ni la creatinina, su elevación se asocia con hemoconcentración e incluso con insuficiencia renal aguda, inicialmente prerenal por hipovolemia severa, la cual si no es corregida puede progresar a necrosis tubular aguda11.
Electrolitos: Algunos pacientes con síndrome nefrótico pueden presentarse con hipocalcemia, la cual es secundaria a la hipoalbuminemia con disminución del calcio ionizado, así como a pérdidas de vitamina D por el riñón, aunque este último dato ha sido contradictorio en los pacientes15. El sodio y el potasio pueden o no estar alterados, pero deben ser vigilados cuando se inicia albúmina para expansión plasmática en estos pacientes con posterior diuresis forzada. La presencia de hiponatremia con densidad urinaria elevada muestra la incapacidad del riñón para excretar agua libre11,15.
Lípidos: Se debe valorar la presencia de hipertrigliceridemia y de hipercolesterolemia en estos pacientes, el trastorno es secundario al incremento de la síntesis de proteínas transportadoras de lipoproteínas al producirse un incremento en la síntesis de albúmina a nivel hepático, ya que comparten el mismo sitio de transcripción en el retículo endoplásmico15, la hipertrigliceridemia es frecuente cuando los niveles de albúmina se acercan a 1,5 gm/dl. Se considera hipercolesterolemia mayor de 300 para realizar el diagnóstico sin que sea condición sine qua non. Algunos autores postulan el inicio de colestiramina para prevenir el daño endotelial8.
Ecografía: Idealmente a todos los pacientes con diagnóstico de síndrome nefrótico oligúrico se les debe realizar ecografía Doppler abdominal para descartar la posibilidad de trombosis de vena o arteria renales, porta y cava; al igual que valorar tamaño, relación corticomedular y presencia o no de ectasias pielocaliciales.
Otros: Se puede solicitar complemento sérico. La presencia de hipocomplementemia se presenta en la glomerulonefritis membrano proliferativa, eventualmente la electroforesis de hemoglobina o el test de falciformía ayudan a detectar un rasgo falciforme, los anticuerpos antinucleares, anti DNA y citoplasmáticos antineutrófilo son útiles si se sospecha una colagenosis. El patrón típico de inmunoglobulinas es IgM normal o elevada con IgG e IgA disminuidas, debido al mayor peso de la IgM para ser excretada. Estos pacientes tienen solamente actividad del 20% de IgG lo cual los predispone a infecciones7,8,11. También se deben investigar serología, Elisa para HIV, antígeno de superficie para hepatitis B, Anticuerpos IgM para hepatitis C y crioglobulinas para descartar formas secundarias.
La tabla No.4 muestra la clasificación de acuerdo a la forma de presentación y análisis de laboratorio.
DIAGNOSTICO CLINICO
PRESENTACION CLÍNICA
PARACLÍNICOS
SN PRIMARIO
*SN Corticosensible
*SN Corticoresistente

Comienzo insidioso del edema
Comienzo insidioso del edema con frecuencia hipetensión

Hematuria leve o ausente
Hematuria significativa (a veces macroscópica en algunos pacientes CH50, C3 y C4 disminuidos
SN SECUNDARIO
Enfermedad heredo familiar
*SN congénito
*Síndrome de Alport
*Nefropatía deabéticai
*Anemia falciforme

Edema durante los primeros 3 meses de vida, antecedentes de macroplacenta
Hematuria en el examen físico de rutina, hipoacusia neurosensorial
Historial de diabetes de 10 años de evolución, retinopatía diabética
Hematuria
Niveles aumentados de alfafetoproteína en el líquido amniótico.
Hematuria en los padres.

Microhematuria

Electroforesis de hemoglobina.
Vasculitis
*Púrpura Henoch Shoenlein
*Lupus eritematoso
*Granulomatosis Wegener
*Síndrome de Goodpasture

Erupción típica, dolor abdominal, macrohematuria.
Erupción, artritis, macohematirua.
Tos, hemoptisis.
Hemoptisis.
Proteinuria, hematuria (severa)
Anticuerpos antinucleares (ANAS), anticuerpos anti DNA.
Hematuria severa, anticuerpo citoplasmáticos, antineutrófilos (ANCAS)
Anticuerpo antimembrana basal glomerular.
Enfermedad post infecciosa
*Post estreptocócica
*Glomerulonefritis no post estreptocócica
*Paludismo
*Virus de inmunodeficiencia humana
*Nefritis por contaminación de shunt
*Endocarditis bacteriana sub aguda

Edema periorbitario,
macrohematuria, hipertensión.
Edema periorbitario, macrohematuria, hipertensión
Ictericia
Síndrome clínico de inmunodeficiencia adquirida, edema.
Fiebre
Fiebre
Disminución de C3, Título positivo de antiestreptolisina, pruebas de detección rápida positivas, cultivo faríngeo positivo.

Disminución de C3.
Detección del parásito en gota gruesa
Serología para HIV
Hemocultivo
Hemocultivo
Fármacos y metales pesados
*Toxicidad por antiinflamatorios no esteroideos, anticonvulsivantes, oro, bismuto.
Antecedentes de exposición.

SN: Síndrome nefrótico. CH50 Complemento hemolítico 50. C3 y C4 tercer y cuarto componente de complemento Keins R, Sedman A, Síndrome nefrótico. Pediactrics in review. 1993; 14: 26-33.
TRATAMIENTO
Reposo: Será únicamente el que imponga la severidad del edema, reposos prolongados pueden favorecer los fenómenos trombóticos7.
Nutrición: La dieta debe ser hipercalórica con 60– 65% del aporte calórico total como carbohidratos, normoprotéica, dietas hiperprotéicas no contribuyen a mejorar la hipoalbuminemia del nefrótico ya que esta es por pérdidas renales y mejora al iniciarse los corticoides; algunos estudios han mostrado aumento de esclerosis glomerular en pacientes con dietas hiperprotéicas9. No debe tener más del 30% del aporte calórico como grasas (lo cual previene la tendencia a la obesidad y a desequilibrio del metabolismo de lípidos que se presentará cuando se inicien los esteroides), son preferibles las de origen vegetal y con menos de 300mg de colesterol al día (Aunque la hipercolesterolemia del nefrótico poco responde al manejo dietético)17.
Se les restringe de sodio ya que tienen aumento de la sensibilidad a la aldosterona con 1 gr/sal al día.
En nuestro medio es frecuente la presencia del síndrome en pacientes desnutridos, el soporte nutricional adecuado con énfasis en protección cardiovascular contribuye en mucho a la evolución posterior del paciente con síndrome nefrótico11,13.
Líquidos: Se deben restringir de líquidos con 400 cc/m2/superficie corporal al día más la diéresis, hasta que se presente resolución de los edemas, valorando muy bien el grado de hidratación y cualquier signo de depleción del volumen intravascular, si bien estos pacientes hacen retención de agua también es cierto que la deshidratación es un riesgo que debe ser controlado, con la vigilancia clínica de cualquier signo de deshidratación e incluso de hipovolemia; el uso de diuréticos en estos pacientes puede desencadenar desequilibrio hidroelectrolítico por lo cual se deben controlar con frecuencia durante los primeros días de la hospitalización, al iniciar diuréticos es preferible restringir líquidos a 1200 cc/m2 superficie corporal día para evitar hiponatremia y deshidratación8,11 a veces es preferible asociar diuréticos ahorradores de potasio para evitar la aparición de hipocalemia durante la evacuación de edemas leves a moderados, también se puede utilizar furosemida más Hidroclorotiazida a 1 mg/Kg día por vía oral8, 18.
Albúmina y expansores plasmáticos: Nunca se deben aplicar diuréticos intravenosos a estos pacientes sin previa expansión plasmática por el riesgo que puede derivar de forzar diéresis en un paciente hipovolémico con depleción del volumen intravascular, la hemoconcentración en estos pacientes es de alto riesgo ya que pueden presentar trombosis vasculares debido a su estado de hipercoagulabilidad11,15.
Si el paciente presenta edema escrotal doloroso, edema de prepucio o uretra, bronconeumonía, infecciones severas, sepsis, peritonitis, ascitis severa o derrame pleural con dificultad respiratoria, inminencia de ruptura cutánea o erisipela; o problemas psicológicos por alteración de la imagen corporal se procede a la evacuación de edemas previa expansión plasmática16. Se utiliza albúmina al 25% sin electrolitos (previa toma inicial de Hemoglobina y hematocrito) la cual no se pasa en menos de 4 horas por el riesgo de edema pulmonar en un paciente con gran volumen hídrico en el espacio intersticial al recuperar la presión oncótica intravascular9. Al terminar la infusión se toma control de hemoglobina y hematocrito, si el valor del hematocrito es menor del inicial indica que hubo expansión de volumen plasmático en este momento se pasa bolo de 2 mg/Kg de furosemida, lento para pasar en mínimo 30 minutos; si el hematocrito es igual o menor al inicial indica que no hubo expansión plasmática o que se encuentra incluso más hemoconcentrado siendo esto contraindicación para el uso del diurético. La terapia de expansión de volumen intravascular se realiza cada ocho a doce horas por dos a tres días al cabo de los cuales deben encontrarse controladas las causas que llevaron a su inicio, es importante anotar que durante el transcurso de esta se puede producir hipervolemia por lo cual se deben vigilar estos pacientes con énfasis a la detección precoz de edema pulmonar7,8.
Un caso particular lo constituye la oliguria en el paciente con síndrome nefrótico, la cual tiene varias causas entre ellas edema uretral, Insuficiencia renal aguda prerenal, trombosis de la vena renal, porta o cava y/o actividad de su síndrome nefrótico, es importante realizar en estos casos ecografía con Doopler de abdomen y solicitar nitrógeno ureico y creatinina; sin embargo consideramos que indica hipovolemia severa por lo cual a estos pacientes se les realiza expansión plasmática con albúmina y posterior control de hemoglobina y hematocrito para valorar el uso de furosemida endovenosa3, para evitar se presente insuficiencia renal aguda prerenal. En cuanto a los diuréticos se prefiere a los de asa tipo furosemida, en infusión lenta en 30 a 60 minutos.
Corticoides: Los corticoides hacen parte del pilar del tratamiento del paciente con síndrome nefrótico, en estos pacientes disminuyen la proteinuria, aceleran la resolución de los edemas y disminuyen el riesgo de infecciones (al disminuir la proteinuria disminuyendo la pérdida de inmunoglobulinas en orina)7. Se utiliza el protocolo del grupo internacional para el estudio y tratamiento de las Prednisona 60 mg/m2 superficie corporal día en toma en la mañana durante 4 semanas; al pasar estas 4 semanas se continúa con 40 mg/m2 de superficie corporal intermediario durante 4 semanas más 17, sin embargo, un estudio cooperativo multicéntrico, demostró que períodos de 6 semanas producía una disminución de las recaídas del 61% al 36% por lo cual en este momento utilizamos este margen mayor de tiempo en el servicio de nefropediatría20.
De los pacientes que van a responder a Prednisona el 94% lo hacen durante el primer mes de tratamiento y generalmente durante la primera o segunda semana, la respuesta a los corticoides se manifiesta por una diéresis profusa con resolución de los edemas, se confirma por la ausencia de proteinuria en tres muestras de orina de 12 horas recolectadas en la noche estando el paciente en reposo 5,7,16.
La falta de respuesta a este esquema terapéutico hace pensar que no se trata de lesiones glomerulares mínimas sino de otra entidad que pueda evolucionar a insuficiencia renal crónica, de acuerdo a la respuesta terapéutica a la Prednisona se clasifican los pacientes 7,16:
Corticosensible: Cuando hay respuesta clínica y paraclínica en las primeras 8 semanas de tratamiento (negativización de la proteinuria).
Respondedor inicial: Con respuesta adecuada en los 7 a 10 primeros días de tratamiento.
Respondedor tardío: Con respuesta en las últimas semanas de la terapia.
Corticoresistente: Persistencia de proteinuria después de 8 semanas
Corticointolerante: Si presenta hipertensión, necrosis aséptica de cadera o rodilla, cataratas subcapsulares, fenómenos trombóticos e incluso embólicos, aumento excesivo de peso.
Corticodependiente: Si presenta proteinuria al disminuir la dosis de esteroides o presenta recaída antes de dos meses de suspendida la medicación.
Todo paciente al cual se le van a iniciar esteroides por periodo prolongado debe ser desparasitado por el riesgo de presentar síndrome de superinfección masiva por estrongiloides, se dan 400 mg día de Albendazol por 3 días. Por el riesgo de reactivar una TBC primaria a todos los pacientes se les debe realizar prueba de tuberculina para conocer el estado de presencia o no de contacto al bacilo. También un examen cuidadoso para descartar la posibilidad de cualquier infección asociada.
El síndrome nefrótico de cambios mínimos en nuestro medio es cortico sensible en un 82,3%, 8,8% de los pacientes son cortico dependientes, 54,8% cortico intolerantes y 2,9% fueron corticoresistentes3.
Inmunosupresores: Sólo deben utilizarse en el síndrome nefrótico de recaídas frecuentes (más de dos en seis meses o más de cuatro en un año) o en los cortico dependientes o en los cortico intolerantes con contraindicación absoluta de esteroides (osteoporosis intensa, diabetes mellitus, trombo embolismo e hipertensión arterial severa)3,7,8.
En los dos primeros antes de iniciarlos se debe dar tratamiento prolongado con Prednisona 40 mg/m2 de superficie corporal en días alternos por 6 meses, de no haber respuesta se inicia Prednisona 60 mg/m2 día hasta negativizar la proteinuria reduciendo progresivamente la dosis hasta llegar a 10 mg/m2 día. Al negativizarse la proteinuria se inicia Ciclofosfamida 3 mg/Kg día en dosis única por la mañana durante 8 semanas o 2 mg/Kg por 12 semanas, al terminar las 8 semanas se suspende la Ciclofosfamida y se inicia suspensión gradual de esteroides3.
Antes de iniciar la Ciclofosfamida se debe informar al paciente la posibilidad de alopecia que se presenta en el 60% de los pacientes. Con un hemograma previo que descarte neutropenia y/o Anemia. Una vez iniciada la Ciclofosfamida se controla el paciente cada mes con hemograma debiéndosele advertir la consulta inmediata ante cualquier signo de Infección. Estos pacientes también deben tener una dieta alta en líquidos para disminuir la posibilidad de desarrollar una cistitis hemorrágica por las antraciclinas derivadas del metabolismo de la Ciclofosfamida, las cuales son tóxicas para el uroepitelio renal8.
Vacunación: Las vacunas de virus vivos pero no las de bacterias inactivadas están contraindicadas en el niño con síndrome nefrótico que recibe esteroides. Vacunación con polisacárido de Pneumococo es recomendada ya que esta bacteria es responsable del 47% de las infecciones de estos pacientes incluida la peritonitis espontánea, sin embargo han sido reportados casos de sepsis por Pneumococo y peritonitis espontánea en niños vacunados; también se recomienda vacunas antigripales, ya que estos episodios pueden ocasionar recaída8.
La vacuna del sarampión y la de la poliomielitis se han reportado como inductoras de remisión en estos pacientes. La vacuna DPT (difteria, tétanos, tosferina), antitifoidea e influenza pueden producir recaídas en pacientes en remisión. En general se recomienda lo siguiente3,9,16:
1. Si el paciente es preescolar es de suponer que tiene vacunación para DPT, polio y sarampión. Se esperarán dos años antes de la remisión para aplicar los refuerzos.
2. Paciente en remisión con posibilidad de contagio para polio o sarampión debe ser inmunizado.
3. Si se presenta brote epidémico de enfermedad transmisible, puede ser vacunado si se encuentra en remisión.
4. Al paciente no se le realizarán test de reto ni pruebas cutáneas para alergia durante el periodo activo de la enfermedad ni durante la remisión.
COMPLICACIONES
Estos pacientes presentan básicamente tres complicaciones
1. Infecciones
• Sepsis bacteriana
• Peritonitis espontánea
2. Trombosis vascular
3. Insuficiencia renal Aguda
Infecciones: Son la primera causa de muerte antes que la uremia, cualquier infección demostrada debe tratarse en forma agresiva, de acuerdo a la resistencia antimicrobiana de cada lugar. Mientras se obtiene el resultado de los cultivos se inicia penicilina cristalina 100.000 U/Kg/Día en 6 dosis más Amikacina 15 mg/kg día en dos dosis3. Se debe prestar especial atención a las infecciones del tracto respiratorio superior ya que el Pneumococo es responsable del 47,7% de las infecciones en estos pacientes, seguido de enterobacterias con un 14% y estreptococos con un 9,4%18. Esquemas alternos en pacientes alérgicos a la penicilina son Eritromicina 15 a 50 mg/Kg día en 4 dosis o trimetroprim sulfametoxasol 8/40 mg/Kg en dos dosis respectivamente6. Para Escherichiae coli que es el segundo germen se puede utilizar Ampicilina 200 a 300 g/Kg día en 4 dosis o cefalosporinas de tercera generación (ceftazidime 150 mg/Kg en tres dosis o cefotaxime 100 a 200 mg/Kg día en 4 dosis). Para
Haemofillus influenza se utilizará Ceftriaxone 100 mg/Kg día en dos dosis, si se demuestra Klebsiella Cefotaxime, y en caso de sepsis por Pseudomona Ceftazidime más Amikacina8.
Se debe recordar que la primera infección del paciente nefrótico se encuentra en el árbol respiratorio, por la deficiencia de IgA (que también los predispone a episodios gastroenteríticos) y el edema de la mucosa con alteración del escalón mucociliar, se debe estar alerta e iniciar tratamiento precoz.
Cualquier episodio de dolor abdominal debe ser estudiado, son tres las causas principales de dolor abdominal en el nefrótico: 1. Hipovolemia, con hipoperfusión esplácnica, 2. Trombosis de vena renal y 3. Peritonitis bacteriana espontánea, la cual es de manejo médico, por lo cual el examen abdominal debe ser frecuente y diligente. Fiebre y dolor abdominal pueden ser los signos iniciales. El primer germen es el Pneumococo seguido de Gram negativos, se inician antibióticos a las dosis descritas arriba, primero la asociación empírica penicilina/amikacina y una vez obtenido el reporte del Gram o del cultivo se dejará el antibiótico de elección según la resistencia de cada institución22.
En cuanto a la terapia con esteroides en estos pacientes, se ha recibido menos de 12 días se pueden suspender sin riesgo de freno suprarrenal, si el paciente llevaba más de 12 días se deben continuar e incluso se puede doblar la dosis para dar soporte al estrés metabólico adicional3.
Trombosis vascular: Su manejo es preventivo evitando los cuadros de deshidratación que puedan llevar a hemoconcentración y el reposo prolongado e innecesario. Si se documenta se debe iniciar heparinización, bolo intravenoso de 50 a 100 U/Kg seguidos de 25 U/Kg en infusión horaria hasta llevar el tiempo parcial de tromboplastina a 2 a 2,5 veces el normal. La valoración por cirugía cardiovascular es necesaria. No olvidar que la trombosis puede ser en cualquier lugar (no olvidar el seno cavernoso y el seno sagital)3,8,17,21.
Insuficiencia Renal Aguda: Al igual que la trombosis vascular su manejo es preventivo evitando deshidratación o restricción hídrica innecesaria, así como el uso indiscriminado de diuréticos, es una insuficiencia renal prerenal y responde inicialmente a la expansión plasmática con albúmina, de instalarse la lesión intrínseca renal se debe iniciar manejo para IRA con control metabólico y si es necesario soporte nutricional y diálisis precoz15,21.
1. Neonatos y lactantes menores de 1 año con síndrome nefrótico que puedan tener síndrome nefrótico congénito, es mandatoria porque tienen lesiones diferentes a cambios mínimos que pueden evolucionar a IRC, es la única que se realiza a cielo abierto.
2. Pacientes mayores de 8 años para descartar anomalía renal de base que pueda ser severa
3. Pacientes con recaídas frecuentes
4. Pacientes con nefritis crónica asociada dada por (hipertensión, azohemia, hipocomplementemia, hematuria macroscópica y cilindros eritrocitarios) para definir pronóstico y estrategia de manejo.
5. Pacientes corticoresistentes ya que la mayoría son glomeruloesclerosis focal y segmentaria o, membranoproliferativa o proliferación mesangial.
6. Corticointolerantes con HTA, hematuria persistente. La mayoría son glomeruloesclerosis segmentaria y focal, membranoproliferativa, proliferación mesangial.
7. Pacientes con hipocomplementemia (membra- noproliferativa), hipertensión persistente (glomeruloesclerosis segmentaria y focal y membranoproliferativa).
8. Insuficiencia renal en un 65% pueden ser glomeruloesclerosis segmentaria y focal
9. Proteinuria no selectiva (membranoproliferativa 65% y proliferación mesangial 30 a 50%).
10. Corticodependientes ya que el 50% en nuestro medio tienen glomeruloesclerosis segmentaria y focal o proliferación mesangial
Los riesgos más frecuentes de la biopsia incluyen hematoma retrocapsular y hematuria macroscópica la cual mejora en las siguientes 24 a 48 horas6,7.
ERRORES COMETIDOS FRECUENTEMENTE EN PACIENTES CON SÍNDROME NEFRÓTICO3
• No agilizar todas las medidas para llegar a un diagnóstico temprano
• Uso indiscriminado de diuréticos
• Confundir con retraso psicomotor la fase de negativismo y depresión de estos pacientes
• Someter los pacientes a reposos prolongado
• No sospechar e incluso dejar pasar las infecciones durante la terapia con esteroides
• No vigilar adecuadamente el grado de hidratación de los pacientes permitiéndoles el riesgo de trombosis vascular
En el paciente con lesiones con cambios mínimos es bueno, luego de 7 años de seguimiento ningún paciente evolucionó a Insuficiencia Renal Crónica (IRC), en la esclerosis glomerular segmentaria y focal la mayoría progresan a IRC, en la proliferación mesangial moderada el pronóstico es reservado evolucionando en un 30% a IRC. En la membranoproliferativa el 60% van a IRC en 5 a 10 años y además no hay tratamiento eficaz. En la nefropatía extramembranosa no hay respuesta a esteroides ni a inmunosupresores, el 25% progresan a IRC3.
Por último en el síndrome nefrótico infantil, siempre se debe hacer biopsia para determinar la causa de base que es la que dará el pronóstico, siendo pésimo en el congénito o tipo finlandés ya que progresa a riñón microquístico con riesgo de IRC temprana3,4.
Deflazacort una oxazolina derivada de la cortisona ha comenzado a ser utilizada en adultos con síndrome nefrótico, su ventaja es que produce menos osteopenia y tiene menor efecto supresivo sobre el crecimiento6, el levamisol con su efecto descrito en la estimulación de los linfocitos T ha sido utilizado, dosis de 1,5 a 4 mg/Kg dos veces por semana con tasas de remisión hasta del 100%, el problema es que puede inducir neutropenia9.
El ácido acetil salicílico ha sido utilizado recientemente a dosis de 2mg/Kg asociado o no a dipiridamol 5 mg/Kg día para disminuir la esclerosis en los pacientes corticorresistentes8 al igual que dietas ricas en ácido ecosapentaenoico.
• Nivel I: Medicina general. Diagnóstico y remisión. Evitar el uso de diuréticos o el retraso en la remisión.
• Nivel II: Pediatría. Iniciar estudios complementarios – ecografía Doppler para descartar trombosis vena o arteria renal, proteinuria y creatinuria en orina de 24 horas, radiografía de tórax, tuberculina, manejo inicial, desparasitación expansión vascular o evacuación de edemas si están indicados. Detección precoz de cualquier signo de Infección. Prevención temprana de complicaciones.
• Nivel III: Pediatría/Nefrología pediátrica. Iniciar estudios complementarios con el fin de realizar el seguimiento del paciente para evaluar la respuesta a corticoides. Continuar manejo inicial y prevención de complicaciones.
Todo paciente con síndrome nefrótico debe ser derivado a tercer nivel para valoración por pediatría y nefrología pediátrica.-

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